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]]>El mar teje el tiempo dorado por el sol o las olas,
envolviendo azules en la orilla de playa.
Una niña jugaba
en el círculo de espuma que se abría
en dos.
Es el viento o la bruma que agitan
sus sueños de olas gigantescas,
de castillos de arena que vienen de Asia.
Un balde y una pala hacían de anzuelo.
Y el cielo o se esconde o se divierte.
Vertical, como el padre que estaba.
Y eso que está un poco encorvado,
sufre de mareos
y hasta peina canas.
Y no quiere crecer. Y moriría por eso.
¡Si no como se explica una hija tan linda!
Cómo le gustaría congelar el tiempo,
y hundirse de una con ella en la playa.
Detener el cielo.
Acercar el oído a un caracol y el caracol al agua.
Y escuchar océanos,
enjambres de peces,
ballenas gigantes
y por qué no canguros
y hasta incluso jirafas.
Como cuando éramos chicos y nos conformábamos con poco. O imaginábamos todo.
Cuando un pozo de playa nos llevaba hasta Australia.
Siempre tendré la poesía como excusa.
Tendré las flores más rojas. Un recuerdo vivo.
Tendré al hombre y no a Dios.
Los muelles en la arena de la isla de Cuba.
Las torres del Paine.
Otra chica abusada llorando en la ciudad.
Siempre habrá un nuevo facho restringiendo accesos
y otra selva en llamas.
Bonistas que compran y venden nuestras ganas.
Pueblos rotos por el hambre y la pobreza estructural.
Puedo decirles a otros, aunque yo no lo crea.
Que hasta el día más triste se termina a las doce.
Que hace 170 años lo advirtió Karl Marx.
Que su diagnóstico aplica también para Latinoamérica.
Siempre me quedará Martí y odiar las fronteras,
la infancia en peligro,
las injusticias, la deuda externa, la explotación.
La Plaza de Mayo, la libertad y esa igualdad que no llega.
El amor para siempre y el sueño de revolución.
Todo eso de lo que yo debería escribir en mis poemas.
Si no te vas.
El texto es reversión de “Opción B” de Benjamín Prado
Maderas acostadas por la lluvia y el viento
guardan mi corazón como un silencio
y no me importan mis dudas ni mis ansias
si no otra hoja que cae con el viento
y ese golpeteo de gorrión en la mañana
para ponerme a resguardo bajo techo,
mientras la poesía se mezcla entre las chapas
y deja las hojas y al gorrión al descubierto.
Es ahí cuando el poeta se calla
y que los damnificados de tanto mal hablen por ellos.
Se fue como quedan los poemas
Conté mil lunas creyendo
que si llegaba a la última producía el milagro.
Conté mil lunas de a una
y pinté su pelo de color naranjo.
Cuando el gris de la vida
tapó los colores
de una de las vidas que más quería
y recordé que los dioses
no curan en sábado.
No tenemos nada en común
sino el camino
un tronco de árbol
el suicidio de las flores en invierno
el mar azulverde
las nubes.
Mirarnos a los ojos
también.
No tenemos nada en común
sino el camino
pinotea
el run run de los sueños por las noches
las azaleas que entran por las ventanas con el sol
y un amor.
Y un dolor cenizo
también.
No tenemos nada en común
sino el camino
papeles insumisos
un beso guardado en las escaleras de madera de San Telmo
bajando al mismo tiempo
y un farol abril que titila.
Diciembre en los finales
también.
Yo pongo el corazón
donde me duele
y donde me duele estás vos.
¡Bolivia!
Me pareció escuchar tu nombre
¡Bolivia!, repitió.
Hasta que te nombraran siete veces.
Una tras otra después:
Alina
Catalina
Victoria
Malena
Sofía
Lucila y Paula.
y otra vez Paula tal vez.
Pero antes, sin saber, sin pensar
fuiste Bolivia.
Allí,
donde hasta el miedo llega
y te detiene
-donde mataron al Ché-
Mitad mujer, mitad linterna.
Sueño que flota una luz tenue en la que ve.
Que no entra en una panza,
en la que sobra,
en la que queda,
en la que flota.
En ninguna panza,
una caverna
y en mi sed.
Se mueve.
Una luz interior rodeada por un halo de sombra
la acompaña.
Cuando no hay luz, ella ve.
Con los ojos cubiertos de lágrimas,
entre Góngora y Lezama lima,
entre limón y mandarina.
¡Ella ve!
No es carnaval, no es feriado.
No es comparsa, ni murga,
ni polacos,
ni mamparas que se rompen al caer.
Ni máscaras.
Ni ventanas que se abren con el sol.
Ni cenizas.
No es, pero ella ve.
Por suerte nadie muere,
ni se excita de más en el apuro.
¿Por qué deberían hacerlo?
Acaso no aprendieron.
En el ayuno.
Nadie ve, pero ella ve.
No hay puna humahuaqueña,
ni apuno ni mareo.
No hay quebrada que la nuble con el sol.
Ni canto boliviano, ni ch’allá.
Ni estrellas en la noche de navidad.
Ni navidad ni fin de año,
ni cumpleaños.
Hay espera.
Es chicha.
Es Checha.
Es comarca.
Es Ekeko que no fuma.
¿Para qué?
Si no es mentira.
Es un baile que se baila con los tres.
Donde ella ve.
Con máscaras que aún están colgadas
en la casa
que se mueven en disfraz
en diagonal.
Hacia ambos lados.
En la pared.
donde ella mira.
Como las muñequitas chinas que juntaba
(o eran rusas)
en lanas tejidas al crochet.
Entre limón y mandarina
las separo,
o los dibujos que calcaba
de una nena
que no es
que no es.
Lo que no es decir que ya no fuera,
o que haya sido,
por más que esté siendo
en este instante,
en que Bolivia se duerma
en la que es.
Sordo
era el silencio cuando me lo contaste.
Mudo
su nombre cuando la nombraron
por séptima vez.
Que hasta creí no haber respirado esos segundos.
Las últimas luces
que apagaron aquel capítulo triste de su corazón
Butulcof.
Pero no te diste por vencido ni vencida
ni árabe
ni turca
ni judía
y caminaste por sierras interminables
sin aire ni esperanza
desde ese día,
transpirando,
mascando coca,
ardiendo como arena en el desierto
seco de adjetivos
que ni Perlongher pudo,
que ni Perlongher pudo,
que hasta Pedro murió.
Ni Austria-Hungría con sus orientales
ni el lugar aquel donde ella estuvo.
Ni éste
(ni esta copia)
arrastrando un mal recuerdo pero vivo
a la huída de un recuerdo malherido
de una pérdida
que cada tanto te muerde en la garganta
y te lastima.
Te ahoga en el flujo del reflujo.
Pero no hay piel naranja
que pareciera
cubrir su rostro
todavía.
Donde las mariposas revolotean
su sonrisa
en un país
donde solo los que soportan el dolor
pueden vivir o se van
quebrados como flores
por el peso de sus hojas
las exhaustas madres
pasean a sus guaguas (a salvo ella)
con el rencor que deja el abandono,
“ese vil resplandor que esparcen las estrellas
cuando se caen del cielo y se deshacen”.
La pared de los jardines salpicada
por las gotas de paraíso tras la lluvia,
por los haces de una luz
enceguecida a deshora.
Porque ya estamos grandes
pero ves
su sombra entre los párpados de dicha.
En esas noches cansadas
de fiestas
carnavales
donde ya nadie pasa
perfume de un amante sin sol
jadeos
drapeos aromatizantes
kayak
el desvío de una nube en primavera
vista desde la ventana de una flor.
Y ella escucha la llovizna entre las chapas
y ya no confunde sueño con deseo
y se hace traer su propia voz
su caricia
su anhelo
su cara
su hija
mi deseo
y se acuestan
suavemente en la cuna
las lágrimas de virgen
que dejará libres a la intemperie
por si acaso.
De vacaciones
esperando.
Diciendo que está ahí, que está al caer,
que está por venir,
que llegó tarde,
que la perdonen,
que repartan los regalos,
(que esta vez hay para todos)
que trajo un mar
en un frasquito de vidrio
que desborda mares
Un mar
para una niña boliviana.
No para que sus ojos se conviertan
en azules
-que quizás los tenga-
sino para que le devuelvan
sus ganas de mirar.
El amor
no se hace
en minutos.
Lleva tiempo.
El amor
es
un suspiro cada tanto,
no siempre.
El amor
es
paciencia,
tolerancia
y escuchar.
El amor
es
perder.
El amor
a menudo
se queja,
reclama,
patalea,
grita,
calla,
llora,
cede.
Al amor
no se lo enamora.
Es el amor
el que te enamora
a vos.
El amor
no se busca,
ni se encuentra,
ni se merece.
El amor
se va.
El amor
nos cree al principio
o eso pareciera.
Lo difícil es
que te crea
más tarde,
el resto de los días,
después…
Cuidarlo.
Como pasto
que le cuesta crecer
cuando no llueve,
como jazmín de cielo
en noviembre
al que no siempre
las flores
le brotan
de una vez.
El amor
es que te esperen
y esperar,
sin flores en la mano,
sin llanto que te ampare,
sin sueños que se cumplan.
Los plazos del otro,
los momentos del otro.
El deseo del otro.
Aunque a veces
concuerde con el tuyo
y otras no.
Hay personas
que aman con locura
y sin embargo
nadie las quiere.
Y otras que hacemos
las cosas mal
y las repetimos
hasta el cansancio.
Y somos amadas
y mucho.
¡Por suerte!
El amor
es
tener un proyecto
común
por pequeño que sea.
El amor
no es
saber lo que hace el otro,
ni imaginarlo,
ni siquiera intentarlo,
ni suponerlo,
ni saber.
El amor
no es
control.
Ni parecerse,
ni coincidir,
ni conocerse,
ni ser el uno para el otro,
ni tu media naranja,
ni tu parte de qué.
El amor
no es tuyo,
ni mío,
ni de aquel,
ni del anterior,
ni de nadie.
El amor
no es
de nadie.
Si quisiéramos conocer
todas las acciones
de la persona amada
todo el tiempo,
la vida sería
un suplicio.
El amor
no es posible
y olvidé las comillas
deliberadamente
si no existe
un secreto,
decía Kundera.
Y tantos otros
lo repetimos
sin entender.
El amor
no es posible
si no vislumbra
una hazaña,
más no sea
a lo lejos.
El amor
es
una mentira.
A la que nos aferramos,
le creemos.
Simplemente
porque queremos
creer.
El amor
te confunde.
Te ciega.
Te abraza.
Te gusta.
Te disfraza.
Te ensordece.
Te deja,
con las ganas
y te suelta.
Como pájaro sin pan
en el deseo.
Río es aquel que huye del río
hilados de cobre sobre el río miro
la muerte en un silbido frío
que no moja
recuerdo cuando de chico corría
por un campo brillante pejerreyes
heridas flotantes entre fueyes peces
de un acordeón marrón azul sonando
de Tres Arroyos a Corrientes por Bahía
Pergamino corría
La Pampa sin su sol
y sin querer el fuego palidece
ese temblor
y la pleamar de la montaña sana
la maraña de gorriones en la tarde
arde
su pesar
los árboles podados con el viento
siento
y es la noche que atrae a los fantasmas
no me duermo
grito o bostezo quemadura
hambre
la orilla del río hacia mi playa vuelve
y estoy solo
en la noche siempre uno está solo en el reflejo
dolo
de saberme que no estoy
en la balanza
en la vejez
en la templanza
la temperatura del agua está más fría
me dijeron que venían a buscarme
pero ni siquiera veo pescadores
y si el río es lo que amé de eso se huye
pero seguirlo sería hasta imprudente
si a mi edad hasta me quemo con el mate
fluye
fluye la mente y se va
de frente a frente
cuando la cabeza y el ajedrez no son lo mismo
y los árboles ya no crecen con el agua
sus raíces no brotan por el aire
asfixiado de la pieza
al centro no voy desde hace tiempo
pero si me quieren llevar iré a la playa
donde la noche golpea todavía
que de noche arrancaba hasta las flores
olores
de llover
me voy
el río está al volver
me voy
pero si aún no vienen a buscarme
ya me olvidé
me voy
si no era tarde de río para irme
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]]>Casi 100 personas vibraron con el Festival de Poesía de Juan Botana en el Jardín Botánico, donde poetas y músicos de todas partes se dieron cita para compartir sus poemas y canciones en vivo en Av. Santa Fe 3951, detrás de la casona principal en Palermo.
El encuentro arrancó con el dúo “Cuenco” formado por Ruly Fernández y Gus Fernández en guitarras y voz y terminó con las canciones del cantautor español Sr. Ooh.
Juan Botana hizo de presentador, se animó a cantar “Brújula verde” de Gabriel Maugeri y cerró su participación con el poema “Parece” de su libro “Flores plebeyas” Se destacaron las actuaciones de Rita Frank, Malena Botana, Miguel Ángel Figueiras, Roberto Dacal, Miguelito Boza, Lucía Forneri y Michi Love. Además, de las presentaciones de los libros “En mi propia piel” de Patricia Patt y “Ofrendas del sacrificio primaveral ” de El zar de los cuentos, Eleazar Avilés.
“El festival es abierto a todas las personas que escriban y quieran leer o mostrar en vivo lo que hacen”. Al final del festival nos despedimos con el sueño de hacer una Feria del libro en el Jardín Botánico para este año. Agradeció a los participantes, al Jardín Botánico, al gobierno porteño y en especial a Rita Frank por colaborar con el sonido, convocar artistas, trasladarlos y ayudar con el catering de café y alfajores.
Además de los escritores ya mencionados participaron: Georgina Gagliardi, Cristina Muñoz, Miriam Alberganti, Jovita Dieguez, Teresa Perri, Pablo Albamonte, Norma González, Marcelo Gornatti, Laura Segovia, Ana María Allaria, Julia Szentpétery, Hernán Cervantes, Susana Orlandi, Catalina Rizzo, Cecilia Casin, Alicia Mordentti y Cristina Abrea, entre otros.
Del festival asistieron artistas y escritores de la ciudad de Buenos Aires, Banfield, Maschwitz, Campana, Escobar, Vicente López, Ciudad Evita, Ramos Mejía, Lincoln, Lomas de Zamora, Berazategui, Mar del Plata, Santa Clara del Mar, etc. También de Venezuela y España.
El Festival de Poesía continuará el sábado 14 de junio de 17 a 22 en el Centro Cultural El Loro en Vicente López y el 28 de junio de 15 a 17 en el Jardín Botánico Carlos Thay, en CABA. Los interesados en participar del próximo encuentro deberán poner “asistiré” en el evento de facebook siempre que puedan concurrir el 14 de junio y publicar sus poemas para conocerlos en el grupo de Facebook de Carta abierta.
“En los festivales anteriores leyeron infinidad de poetas, con un récord de público de 300 personas entre participantes y público. La diferencia con ésta es que le sumamos la presentación de mi nuevo libro para aprovechar la ocasión y el lugar”, expresó Juan Botana, creador del festival.
De los eventos, participan poetas, músicos y artistas que recién empiezan, bajo la premisa que con el ejercicio de hacerlo y de mostrarse la poesía va a explotar. Y eso ocurrió durante los festivales realizados anteriormente en el Jardín Botánico. Tal como había pasado antes en el Museo Americanista de Lomas de Zamora, la Sade Central en CABA y los míticos festivales del BASA en Lanús y del Oveja Roja en Lomas.
“Básicamente lo que hacemos es juntar gente. Gente que le gusta la poesía y que se quiere expresar. Buscamos un denominador común que los una y cuando no encontramos más poetas y poetisas en la zona sur, buscamos en el resto del Conurbano y en la Ciudad de Buenos Aires y por esa magia de las redes sociales el festival se volvió internacional y ahora quiere venir gente de todos lados. Un poco por eso lo de quedarnos en el Jardín Botánico fijos, porque me parece que un lugar tan emblemático y hermoso de Buenos Aires puede actuar como imán”, destacó el escritor.
Desde sus comienzos el festival nació itinerante y reunió escritores, escritoras, narradoras, músicos y actores y actrices de todos lados. Ya de entrada se venían de Azul, Mar del Plata, Gualeguaychú, Montevideo, Córdoba, Chivilcoy y México. Y ahora de Campana, Escobar, Luján, La Plata, Lincoln, Venezuela y Chile, a los distintos escenarios que proponíamos, únicamente para leer un poema o dos, simplemente porque querían estar. “Parecía tener destino masivo de entrada”, agrega el organizador.
“Yo soy comunicador social y probablemente hice algo para que la poesía fuera masiva y popular, pero la comunicación no es matemática, vos podés hacer todo para lograr algo y ese algo no pasa. Esto excede cualquier expectativa, pero es hermoso y lo vamos a disfrutar”, concluyó Juan.
EL ORGANIZADOR
Vecino de Banfield, nacido en Palermo y educado en Caballito, Juan Botana es escritor y licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.
Es autor de los libros “Recovecos”, “Amores truncos”, “Toda la voz de América en mi piel”, “Sin ojos que los miren” y “Flores plebeyas”, es redactor de contenidos web para el Gobierno de la Ciudad, director de la web Carta abierta, colaborador de Urbano Cotidiano y es el organizador del Festival de Poesía. Además, hay dos documentales realizados sobre su obra literaria, condujo programas de radio sobre poesía y dictó talleres de escritura.
EL JARDÍN BOTÁNICO CARLOS THAYS
El Jardín Botánico de Buenos Aires se llama Carlos Thays en honor al paisajista que lo concibió, en 1937. Está próximo a los bosques de Palermo y la entrada para concurrir al festival es por Av. Santa Fe 3951.
“Me crie a cuatro cuadras de allí, en Gurruchaga y Guatemala, y fueron muchas las veces que concurría a visitarlo. Me pone muy contento poder hacer un festival de poesía allí. El Jardín Botánico de Buenos Aires es especial para mí”, cierra Juan Botana.
La entrada al Jardín Botánico es por avenida Santa Fe 3951.
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]]>The post “Revalorizar el rol de la mujer en Latinoamérica” appeared first on Juan Botana.
]]>¿Qué es Mulanas?
Mulanas es una palabra inventada por mí que reúne varios conceptos: mujeres, historia, Latinoamérica. Mujeres en la historia latinoamericana. No le puse la h porque iba a ser un poco difícil para pronunciar, pero la idea con esta palabra era que yo pudiera transmitir la historia de las mujeres, la historia de la región y la historia en sí. Eso significa Mulanas. Revalorizar el rol de la mujer en Latinoamérica, revalorizar Latinoamérica, revalorizar nuestra tierra y homenajear también a las mujeres de la historia que dejan su legado y cómo poder traer ese legado a nuestros días como herramienta también de diálogo y de unión en toda la región.
¿Por qué elegís los libros para contar la vida?
Contar la vida… porque en los libros, en la escritura, no importa que género literario siempre está la historia detrás de la historia, siempre hay una marca, un sello personal del autor o la autora en cuestión y a través de los textos, de los libros uno puede conocer un poco más tanto del contexto en el que transcurre tal vez la historia, aunque sea ficción como ese otro lado del escritor o la escritora como un poco el lado b de la vida, es un poco esa ventana a mundos paralelos, mundo que ocurrieron, mundos que pueden seguir ocurriendo que no tienen tiempo. Los libros hacen que el tiempo no tenga tiempo. Son como atemporales y es una muy linda forma de conocer, de saber, de entender la vida. La vida de uno o la vida de otros, la vida de los múltiples personajes que pueden aparecer en tantas historias. Es una forma muy introspectiva también de contar la vida.
¿Se pueden cambiar las cosas desde la poesía?
Se pueden cambiar las cosas desde la poesía. Puede que sea un poco utópico. Yo soy muy idealista, pero en los sueños está la verdad y los sueños se expresan de la mejor forma a través de la poesía. Entonces es muy lindo, es un camino, es un instrumento para encontrar o transformar todo lo que uno siente, aunque sean cosas muy oscuras o dolorosas en algo bello. A través de la poesía se embellece el mundo. Se torna todo más genuino, más auténtico. Entonces es un instrumento de cambio. Porque para la poesía o en la poesía no hay juicio de valor. En la poesía hay libertad, hay libertad de expresión, hay mucha transformación y hay belleza. Y la belleza desde su significado etimológico es el vehículo para cambiar. Para el cambio. Todo es poesía si lo vemos desde ese lugar. Creo que la manifestación de la poesía es la naturaleza y los sentimientos que no importa quién, cuándo, cómo, pero ahí están.
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]]>The post “Hoy hacer periodismo de verdad es rock” appeared first on Juan Botana.
]]>¿Qué sos más periodista o rockera?
Soy más rockera. En el sentido cultural, no solo musical del término. Siempre estoy atenta a lo que rompe esquemas, molesta. Lo que no se dice u oculta. Hoy hacer periodismo de verdad es rock.
¿Cómo te llevás con el periodismo en las redes sociales?
Me llevo bien con el periodismo en redes como consumidora fugaz. Entiendo que es la manera en que muchísima gente se informa exclusivamente. Lo entiendo y me preocupa por partes iguales. Es deficiente como modo de entender problemas.
¿El streaming le están sacando público a canales como La Nación + o radios como La Mega? ¿O hay para todos?
El streaming no le está sacando público a la radio tradicional ni a los canales. Es un porcentaje muy menor de audiencia que tiene virales segmentados en las redes. Según Kantar Ibope el 90% de los argentinos escuchamos radio. Creo que es un momento excepcional porque hay para todos.
¿Cuáles son tus otras pasiones?
Mi otra pasión es el arte. El arte, la lectura, el teatro, la música. No entiendo la vida sin arte.
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]]>The post “Soy docente, soy periodista, me gusta leer y me gusta escribir y todas esas cosas en este momento histórico están intentando ser devastadas” appeared first on Juan Botana.
]]>¿Por qué causas luchás?
La primera pregunta: ¿Por qué luchas? o ¿Por qué causa luchás? Me acuerdo el libro de Joaquín Giannuzzi, uno de mis héroes: “Señales de una causa personal”. En este momento tengo varias casusas por las cuales estoy luchando y todas tienen que ver con la supervivencia en este momento. De cosas que me interesan mucho, pero parece que en esta época en la que vivimos están intentando ser devastadas.
Soy docente, soy periodista, me gusta leer y me gusta escribir. Todas esas cosas están, en este momento histórico, igual creo que lo estuvo siempre, pero en este momento histórico hay un particular enseñamiento con esas cuestiones. Yo soy docente en escuela pública en colegios secundarios, los sueldos son bajos, el descreimiento social es terrible, el bastardeo del Estado es impresionante. Todas esas cuestiones que están pasando alrededor de lo que a mi me interesa, mueve mi vida, está siendo dejado de lado como parte importante de la construcción de un país, de una identidad de un futuro, de un territorio, de todo lo que me parece hermoso para que la vida tenga algún tipo de sentido está siendo corrido del lugar de importancia que tiene.
Así que en este momento de mi vida estoy sosteniendo estos valores que esta época está queriendo vapulear y humillar. Estoy en esa ahora. Sosteniendo la docencia, dándole muchísimo tiempo al periodismo y escribiendo lo más que puedo y a veces tengo la suerte de que sale algún libro mío. Así que me parece interesante este momento en el que tengo que sostener estas banderas que mucha gente considera causas perdidas. Así que estoy defendiendo causas perdidas.
¿Hay una identidad marrón?
Sí, por supuesto, hay una identidad marrón, que Argentina que es un país racista y asesino intente negar esa identidad marrón que es algo que hizo desde toda su historia. Argentina, Latinoamérica, Europa, todo el planeta tierra intente negar esa identidad que si existe.
El colectivo identidad marrón lo que intenta es visibilizar un problema que es el racismo en Argentina y que tiene una particularidad muy distinta de lo que ocurre en otros países de Latinoamérica y por supuesto, muchísimo más en Estados Unidos y Europa. Entonces, las particularidades nuestras de Argentina son de esta parte del mundo.
Entonces, hay una identidad marrón que tiene que ver con las formas con las cuales nos identificamos, las maneras que tenemos de hablar, de vivir, de sentir, de pensar, de construir nuestra belleza, forma parte de eso.
Por supuesto que sí, que hay una identidad marrón y la sostenemos con alegría con goce, con felicidad. Pero también sabiendo que Argentina es un país racista y asesino que se niega a ver su propio racismo. Entonces, eso hace que la cosa sea muy difícil, eso hace que la posibilidad de visibilizar este flagelo argentino del racismo sea mucho más difícil porque ni siquiera existe la posibilidad de ponerle palabras a eso, porque nadie se asume que es racista o que tiene comportamientos racistas o que esté generando microracismos con muchas de las acciones que está llevando adelante. Así que sí, existe una identidad marrón.
¿Por qué creés que te leen?
Esa pregunta es interesante, pero no tengo ninguna respuesta para dar. Lo que sí puedo decir que disfruto muchísimo lo que se hace en soledad que es la escritura, una soledad superplacentera y que a veces uno puede poner algo por escrito. Tiene la suerte, yo escribo todos los días, pero no siempre puedo llegar a escribir todo lo que quiero en el día, porque cuesta mucho entrar en zona de escritura. A veces es estar dos, tres horas y nada. Media página, tres oraciones, es muy difícil escribir, es muy complejo, pero me gusta por supuesto, pero eso que se hace en soledad cuando existe la posibilidad que conecte con alguien y que ese alguien te lo hace saber, eso sí me parece alucinante.
Hay algo de la literatura o de aquello que me motiva a escribir, una parte, que es intentar conectar con alguien a partir de esas obsesiones personales. Eso sí me parece atractivo.
Por qué alguien me lee no es algo que para eso esté capacitado de pensar o analizar o contemplar porque en algún punto me parece un ejercicio narcisista intolerable. Yo vengo del fondo de la olla y los pobres detestamos el ejercicio del ego constante, así que me corro desde ese lugar y digo: “No sé si alguien me lee para empezar y en el caso que eso suceda, no sé, solo sé que una de las razones por las que escribo es para intentar conectar con alguien”.
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]]>The post ¿Por qué escribís? appeared first on Juan Botana.
]]>Escribila y enviala a: [email protected]
Por qué escribo de George Orwell
De una u otra forma este problema vuelve a presentarse. El problema del lenguaje es más sutil y llevaría más tiempo discutirlo. Sólo diré que en los últimos años he tratado de escribir menos pintorescamente y con más exactitud. En todo caso, descubro que cuando ha perfeccionado uno su estilo, ya ha entrado en otra fase estilística. Rebelión en la granja fue el primer libro en el que traté, con plena conciencia de lo que estaba haciendo, de fundir el propósito político y el artístico. No he escrito una novela desde hace siete años, aunque espero escribir otra enseguida.
Seguramente será un fracaso -todo libro lo es-, pero sé con cierta claridad qué clase de libro quiero escribir.
Mirando la última página, o las dos últimas, veo que he hecho parecer que mis motivos al escribir han estado inspirados sólo por el espíritu público. No quiero dejar que esa impresión sea la última. Todos los escritores son vanidosos, egoístas y perezosos, y en el mismo fondo de sus motivos hay un misterio. Escribir un libro es una lucha horrible y agotadora, como una larga y penosa enfermedad. Nunca debería uno emprender esa tarea si no le impulsara algún demonio al que no se puede resistir y comprender. Por lo que uno sabe, ese demonio es sencillamente el mismo instinto que hace a un bebé lloriquear para llamar la atención. Y, sin embargo, es también cierto que nada legible puede escribir uno si no lucha constantemente por borrar la propia personalidad. La buena prosa es como un cristal de ventana. No puedo decir con certeza cuál de mis motivos es el más fuerte, pero sé cuáles de ellos merecen ser seguidos. Y volviendo la vista a lo que llevo escrito hasta ahora, veo que cuando me ha faltado un propósito político es invariablemente cuando he escrito libros sin vida y me he visto traicionado al escribir trozos llenos de fuegos artificiales, frases sin sentido, adjetivos decorativos y, en general, tonterías.
Fuente: Ciudad Selva
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]]>The post Barrido de hojas: una tarea compartida con vecinos para prevenir anegamientos appeared first on Juan Botana.
]]>La Ciudad de Buenos Aires, a través del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, durante los meses de otoño refuerza el servicio de barrido de hojas de árboles en las calles porteñas. Se trata de una tarea que se realiza de manera manual y mecánica y que se intensifica especialmente en jornadas de viento, tormentas o ante pronósticos de lluvias fuertes para garantizar el funcionamiento de los sumideros y evitar anegamientos.
“El otoño es una época clave para mantener limpias las calles y prevenir anegamientos en el sistema de drenaje de la Ciudad. Durante estos meses reforzamos el barrido de hojas de los árboles en la calzada de las calles. Sin embargo, se trata de una tarea compartida con los vecinos, quienes deben barrer sus respectivas veredas, embolsar las hojas y no desecharlas en la calle. Se trata de acciones que simplifican el trabajo de mantenimiento y orden de la Ciudad y ayudan a prevenir que se tapen los sumideros”, afirmó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana.
La Ciudad cuenta con más de 430.000 árboles en calles y espacios verdes. Solo el arbolado viario representa más de 370.000 ejemplares, de acuerdo a los últimos censos. Con la caída estacional de hojas, la tarea de limpieza se intensifica: más de 2.700 barrenderos y barrenderas recorren diariamente 27.000 cuadras de los 48 barrios porteños. La frecuencia del barrido se ajusta según el tránsito de cada zona, con refuerzos en horarios y sectores de alta circulación peatonal.
El mantenimiento de la limpieza de hojas de los árboles durante el otoño es una responsabilidad compartida entre la Ciudad y los vecinos. Mientras el servicio público se encarga del barrido de la calzada, los frentistas y encargados de edificios deben mantener limpia la vereda.
Recomendaciones para los vecinos:
Además del barrido manual, la Ciudad incorporó tecnología para mejorar la eficiencia del sistema de higiene urbana.
El procedimiento para la limpieza de hojas se realiza con barrenderos y operarios de sopladoras que generan acopios de hojas. Luego, la barredora mecánica transita en forma paralela a los montículos, mientras un operario utiliza una manguera que aspira el cúmulo de hojas apiladas.
Las máquinas barredoras con aspiradora permiten recolectar grandes volúmenes de hojas sin necesidad de usar bolsas plásticas, ya que se recolectan y almacenan en el camión que va directo al lugar de descarga.
El material recolectado se traslada al Centro de Reciclaje de Villa Soldati y al Centro de Compostaje del Ex Velódromo, donde se transforma en compost para parques y plazas.
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]]>Algo así como hace la MTV. Sería genial”, repetía. Y se lo decía a cuanto músico veía: Ricardo Mollo, Diego Arnedo, Federico Gil Solá de Divididos, Omar Mollo de MAM, Érica García, Germán Daffunchio, Gabriela Martínez y Alejandro Sokol de Las Pelotas, Fernando y Gabriel Ruiz Díaz de Catupecu Machu, “Palo” Pandolfo de Don Cornelio y la Zona y Los visitantes, Fito Páez, Walas de Massacre. Y tantos otros y otras y que él no conocía y que estaban allí.
Además, de Maxi, Manu, El Rey, Ringo, Lali, su primo Aron, el percusionista de Marcela Morello, el ex bajista de Sobrecarga, Orge y Jorgito Porcel, los chicos de Mamá Pulpa y Miguel y Daniel que lo acompañaban a todos lados.
Pepo se salía de sí. Encima ya tenía cerrado que el viernes que viene iba ir El Mono a tocar a El Living y fueron. El Mono era una banda nueva y poco conocida pero Maxi tenía el ego muy arriba. Y como hacen los prensa de los grupos conocidos envió gacetillas a todos los medios de música y rock para que fueran a verlo. Maxi tenía cierto prestigio tocando la batería para bandas de jazz, pero esto era rock y la apuesta por más que en la banda cantara el armonicista de La Renga era un poco jugada.
Pero el bar se llenó de famosos. Vino la actriz Carina Zampini, Mirna que fue novia de Lali y ahora salía con el mismísimo Enrique Syms, aquel que recitaba poemas en los primeros shows de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota y que les prometió ir al Catulo Castillo, el mismo que dirigía la revista de cultura rock “Cerdos y Peces”. Y a él le podía pedir publicar columnas de rock en la revista. Así que lo encaró.
“Enrique soy Pepo. Trabajo en el bar, consigo músicos para que vengan y limpio. Y me gustaría publicar en tu revista unos comentarios que hago sobre bandas de rock”. “Dale, mandame al mail, te lo doy”, le contestó. “Mandame tus textos, pero yo limpio no estoy”. Pepo mucho no entendió a qué se refería. Supongo que se trataba de drogas o whisky. Pero como estaba enfrente del Bucowski argentino, le dijo todo que sí y se cayó la boca. Y enseguida pensó: “Este bar tiene que tener a alguien grande. A una estrella como el “Indio”, “Gustavo Cerati”, “Charly”, “Spinetta”, deliró. Mejor alguien más terrenal como Luca Prodan.
“Ma, sí, mañana sábado me voy a hacer guardia a la casa de San Telmo y que sea lo que Dios quiera. En eso aparece Alejandro y le dice: “Pepo, el show de El Mono no es tan bueno. Quieren ser Jamiroquai y cuando hacen reggae se parecen más a Diego Torres que a Bob Marley o Peter Tosh. Pero El Living se llenó de famosos y gracias a Maxi, el amigo de Dany, salió en los diarios en los suplementos de rock. Así que estamos cada vez mejor. Te voy a pagar un extra por conseguir las bandas”.
Pepo lo abrazó. Al otro día se baño temprano y sin desayunar se fue a hacer guardia a la casa de Luca Prodan de Adolfo Alsina 451. Pensando que el aterrizaba a dormir a eso de las diez de la mañana o a las doce. Pensó en buscarlo por el Abasto antes en los bares que frecuenta cuando no tiene shows. O quizás estaba componiendo en Hurlingham con Mollo y Arnedo. O tomando ginebra con su amigo “Superman” Troglio o con Germán Daffunchio o con Timmy McKern, que fue quien lo trajo desde Italia o Inglaterra a las sierras de Córdoba para recuperarlo de las drogas, pero no.
Se quedó sentado en la puerta de la calle Alsina mientras un montón de chicos y chicas le dejaban mensajes a Luca por debajo de la puerta o graffiteaban el frente de la casa. Pepo se hizo pasar por amigo de Luca y les contaba historias que no eran ciertas de él en los shows. Hasta se animó a decir que era amigo de Roberto Pettinato, ese de la barba negra larga, que tocaba el saxo y que vendía los sándwiches con la mujer en los conciertos de Sumo. Porque ya tenía hijos y necesitaba zafar. Y todo porque le pasó una vez cerca en el Club 69 en la calle Corrientes. Lo vio con Elizabeth Vernaci y Paola Krum bailando. A Paola la conocía porque vivía en el mismo edificio que tenía el consultorio su padre en la avenida Canning entre Güemes y Santa Fe.
En eso Luca llegó. Casi lo choca al querer entrar a la casa y no lo saludó. Tenía la cabeza rapada, una remera blanca, un jean azul, borcegos y una campera de cuero en la mano. Pepo no se animó a invitarlo a El Living y le mangueó entradas para el show de Obras o el de Mar del Plata donde Sumo iba a presentar “Llegando los monos”. Luca lo miró. Y cuando Pepo le dijo: “Quiero zafar”. Luca le contestó: “Yo también, paga la entrada”. Y ahí un poco el ídolo se le cayó. Pero por qué pensó que estos tipos por ser bohemios hacen beneficencia. Así que le dijo que lo invitaba a tocar a El Living y que el dueño Alejandro tiene mucha plata y le podía pagar el show. A lo que: “Bueno”, le dijo. “Pero voy yo solo con mi viola acústica. Sin Sumo y canto en inglés. Ellos son caros, yo no. Me mando el día que yo quiera”. “Un viernes tiene que ser”, le aclaró Pepo. “Un viernes será y que sea rock”.
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