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]]>Algo así como hace la MTV. Sería genial”, repetía. Y se lo decía a cuanto músico veía: Ricardo Mollo, Diego Arnedo, Federico Gil Solá de Divididos, Omar Mollo de MAM, Érica García, Germán Daffunchio, Gabriela Martínez y Alejandro Sokol de Las Pelotas, Fernando y Gabriel Ruiz Díaz de Catupecu Machu, “Palo” Pandolfo de Don Cornelio y la Zona y Los visitantes, Fito Páez, Walas de Massacre. Y tantos otros y otras y que él no conocía y que estaban allí.
Además, de Maxi, Manu, El Rey, Ringo, Lali, su primo Aron, el percusionista de Marcela Morello, el ex bajista de Sobrecarga, Orge y Jorgito Porcel, los chicos de Mamá Pulpa y Miguel y Daniel que lo acompañaban a todos lados.
Pepo se salía de sí. Encima ya tenía cerrado que el viernes que viene iba ir El Mono a tocar a El Living y fueron. El Mono era una banda nueva y poco conocida pero Maxi tenía el ego muy arriba. Y como hacen los prensa de los grupos conocidos envió gacetillas a todos los medios de música y rock para que fueran a verlo. Maxi tenía cierto prestigio tocando la batería para bandas de jazz, pero esto era rock y la apuesta por más que en la banda cantara el armonicista de La Renga era un poco jugada.
Pero el bar se llenó de famosos. Vino la actriz Carina Zampini, Mirna que fue novia de Lali y ahora salía con el mismísimo Enrique Syms, aquel que recitaba poemas en los primeros shows de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota y que les prometió ir al Catulo Castillo, el mismo que dirigía la revista de cultura rock “Cerdos y Peces”. Y a él le podía pedir publicar columnas de rock en la revista. Así que lo encaró.
“Enrique soy Pepo. Trabajo en el bar, consigo músicos para que vengan y limpio. Y me gustaría publicar en tu revista unos comentarios que hago sobre bandas de rock”. “Dale, mandame al mail, te lo doy”, le contestó. “Mandame tus textos, pero yo limpio no estoy”. Pepo mucho no entendió a qué se refería. Supongo que se trataba de drogas o whisky. Pero como estaba enfrente del Bucowski argentino, le dijo todo que sí y se cayó la boca. Y enseguida pensó: “Este bar tiene que tener a alguien grande. A una estrella como el “Indio”, “Gustavo Cerati”, “Charly”, “Spinetta”, deliró. Mejor alguien más terrenal como Luca Prodan.
“Ma, sí, mañana sábado me voy a hacer guardia a la casa de San Telmo y que sea lo que Dios quiera. En eso aparece Alejandro y le dice: “Pepo, el show de El Mono no es tan bueno. Quieren ser Jamiroquai y cuando hacen reggae se parecen más a Diego Torres que a Bob Marley o Peter Tosh. Pero El Living se llenó de famosos y gracias a Maxi, el amigo de Dany, salió en los diarios en los suplementos de rock. Así que estamos cada vez mejor. Te voy a pagar un extra por conseguir las bandas”.
Pepo lo abrazó. Al otro día se baño temprano y sin desayunar se fue a hacer guardia a la casa de Luca Prodan de Adolfo Alsina 451. Pensando que el aterrizaba a dormir a eso de las diez de la mañana o a las doce. Pensó en buscarlo por el Abasto antes en los bares que frecuenta cuando no tiene shows. O quizás estaba componiendo en Hurlingham con Mollo y Arnedo. O tomando ginebra con su amigo “Superman” Troglio o con Germán Daffunchio o con Timmy McKern, que fue quien lo trajo desde Italia o Inglaterra a las sierras de Córdoba para recuperarlo de las drogas, pero no.
Se quedó sentado en la puerta de la calle Alsina mientras un montón de chicos y chicas le dejaban mensajes a Luca por debajo de la puerta o graffiteaban el frente de la casa. Pepo se hizo pasar por amigo de Luca y les contaba historias que no eran ciertas de él en los shows. Hasta se animó a decir que era amigo de Roberto Pettinato, ese de la barba negra larga, que tocaba el saxo y que vendía los sándwiches con la mujer en los conciertos de Sumo. Porque ya tenía hijos y necesitaba zafar. Y todo porque le pasó una vez cerca en el Club 69 en la calle Corrientes. Lo vio con Elizabeth Vernaci y Paola Krum bailando. A Paola la conocía porque vivía en el mismo edificio que tenía el consultorio su padre en la avenida Canning entre Güemes y Santa Fe.
En eso Luca llegó. Casi lo choca al querer entrar a la casa y no lo saludó. Tenía la cabeza rapada, una remera blanca, un jean azul, borcegos y una campera de cuero en la mano. Pepo no se animó a invitarlo a El Living y le mangueó entradas para el show de Obras o el de Mar del Plata donde Sumo iba a presentar “Llegando los monos”. Luca lo miró. Y cuando Pepo le dijo: “Quiero zafar”. Luca le contestó: “Yo también, paga la entrada”. Y ahí un poco el ídolo se le cayó. Pero por qué pensó que estos tipos por ser bohemios hacen beneficencia. Así que le dijo que lo invitaba a tocar a El Living y que el dueño Alejandro tiene mucha plata y le podía pagar el show. A lo que: “Bueno”, le dijo. “Pero voy yo solo con mi viola acústica. Sin Sumo y canto en inglés. Ellos son caros, yo no. Me mando el día que yo quiera”. “Un viernes tiene que ser”, le aclaró Pepo. “Un viernes será y que sea rock”.
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]]>Además, se la pasaba todo el tiempo promocionando el partido de tenis que le iba a jugar a Eduardo Feinmann y que si le ganaba iba a ver porros de regalo para todos. Y eso era genial.
A Pepo no le parecía tanto. Tenía miedo que Alejandro se enojara porque trajo a este muchacho a cantar y El Living hoy iba para atrás. Así que prefirió juntar los vasos y lavarlos y hacerse el desentendido de lo que había hecho. Hasta que llegaron dos peluqueros fanáticos de Andy Chango y que pedían además que tocara Tony 70.
Y Tony 70 había venido con ellos y quería tocar funk. Así que tocaron juntos y la cosa se puso mejor. Además, los peluqueros se ofrecieron a cortar el pelo gratis a los que querían en 5 minutos al estilo Leo Paparella y lo pusieron en la pizarra en la puerta y El Living se llenó.
“Viste Pepo que no te tenés que amargar”, le dijo Alejandro al oído. “El rock and roll siempre nos va a salvar”. “Ya lo creo”, le constestó. Y se cortó el pelo él también. Y también Dany y Ringo que estaban con él. El Rey y “Jorgito” Porcel no quisieron porque ellos no traicionan a su peluquero Pablito y está bien. Algunos son muy fieles a sus peluqueros. Qué sé yo.
Después que terminaron los shows de los peluqueros, de Andy y de Tony 70, el bar cerró. Y Pepo se fue con Dany y Ringo a la casa de Dany a tomar mate con facturas. ¿Y a que no saben quiénes estaban ahí? Maxi con el percusionista de Marcela Morello y Chizzo y Manu de La Renga. Pepo explotaba de alegría y les pasaba mate y factura a los tres. Y si pedían una cerveza o un porro también.
Parece que Maxi vivía con Dany y en su pieza da clases de batería. Parece que le grabó la batería de un disco a Érica García, que por entonces era novia de Ricardo Mollo y ahí conoció a Chizzo y a Manu de La Renga y se enganchó para tocar la percusión en los shows de hoy y mañana en Atlanta. Y que el percusionista de Marcela Morello que daba clases al lado de la pieza de Maxi que vivía con Dany le estaba enseñando algunas cosas. Igual Maxi se creía que ya sabía todas. El tenía el power muy arriba y sabía siempre cuál era el point. Además había llegado hace poco de Nueva York y había escuchado a una banda inglesa que se llamaba Jamiroquai y quería hacer eso con El Mono.
El Mono era una banda nueva que él tenía con Manu de La Renga e iban a tocar el fin de semana que viene en el Catulo Castillo en Palermo. “Y ya que quieren tocar: ¿por qué no se vienen a El Living?”, les dijo Pepo. Maxi lo miró. Y si bien no le convencía mucho la idea porque el bar no era conocido en el mundo del rock, le dijo que sí. “No, Manu. Como ensayo nos sirve”. Háganlo como quieran les dijo Pepo, pero vengan. “Hecho”, Maxi contestó.
Entonces Pepo ya tenía cerrado otro show y con eso estaba contento. Igual no era obligatorio que él consiguiera a los músicos. Pero Alejandro siempre lo esperaba hasta el martes o miércoles y si Pepo no tenía nada, Alejandro buscaba algún músico para que fuera a tocar. Pero salvo los del primer viernes, Pepo hasta ahora conseguía alguno.
Consiguió a Javier Calamaro que fue con Los Guarros y a Andy Chango. Y ahora parece que a El Mono donde canta Manu, el mismo que toca la armónica en La balada del diablo y la muerte de La Renga. Y va a hacerlo justo el fin de semana siguiente a que toquen en Atlanta. Genial. Así que Pepo estaba contento. Y más contento se iba a poner cuando después de haber dormido unas horas en un colchón que le tiró Dany se fueron todos a Atlanta a probar sonido. Y ahí estaba Ricardo Mollo y todos sus producidos: Érica García y todos los integrantes de La Renga; más Maxi, Daniel y él. Y el recuerdo de cuando su papá lo traía de chico a la colonia del club.
Casi que pensó en llamarlo para contarle que estaba allí, pero para qué. Si a su padre no le importan sus avances como relacionista público del rock, si no que haga deportes y no estuviera tan gordo. Porque a este paso ya lo era. Y hasta pensó en llamar al productor de Mauro Viale y ofrecerse como panelista de rock. O a algún canal de cable o revista. Pepo se sentó en la batería y miró el escenario vacío desde allí. Y se imaginó tocando él con el estadio colmado de gente. Creyó que el show empezaba con la voz ronca de Chizzo diciendo “Soy el que nunca aprendió desde que nació cómo debe vivir el humano” . Y hasta vio antes de hoy a la noche las banderas flameando con las caras del “Che” y las remeras negras y rojas de La Renga y las bengalas. Y hasta bajo despacio de la bata y vio pasar a un tipo flaquito rapado y con anteojos de sol y creyó que era el “Indio” Solari y tan emocionado estaba que cuando le preguntó: ¿Indio sos vos?. Le respondió: “Ji, Ji, ji”. Y le creyó.
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]]>El concierto estuvo buenísimo. Pepo no tuvo que juntar los vasos durante la hora que duró ni tuvo que ir a vigilar que no pasara nada en los baños. Pero al show le faltaban invitados y es ahí cuando aparece Dany con un conocido de la facultad que se llamaba Diego Frenkel. Pepo no lo conocía, pero parece que tiene una banda por Villa Ortúzar y que le dedicó un tema a un bar de la calle Rodney. Esa que está atrás del Cementerio de la Chacarita. Y que lo subió a tocar junto Javier y Los Guarros.
Y no fue Fidel Nadal, que también cursa la carrera de ciencias de la comunicación en la UBA con Daniel, porque perdió la dirección o prefirió tomarse una pepa antes de salir a tocar. Pero le dio entradas a Dany para mañana sábado en un antro de la calle Bulnes donde va a tocar con Todos tus muertos y tal vez vayan.
Daniel después de cursar semiótica los martes en la facu va a tomarse unos vinos con un ayudante de cátedra que se llama Jorge Telerman y ahí van también algunos jóvenes emergentes de la cultura alternativa. Uno es Fidel y el otro es Diego Frenkel de La Portuaria que estaba frente a Pepo tocando “El bar de la calle Rodney” en una versión rockera.
Todo salió como Pepo quería, pero como siempre tenía hambre de más rock and roll al otro día se fue con Dany a ver a Todos tus muertos. Las entradas que le dio Fidel eran viejas y tenían que pagar y como ellos ese día eran punks y los punks no pagan empujaron la puerta y entraron de prepo con un montón de fanáticos a ver el concierto de rock. Que empezó con “Gente que no”, que después se volvió un himno de la escena punk y terminó con la canción “Represión” para sentar posición de lo que querían y eran.
Después de tanto rock and roll, Fidel terminó en la casa de un embajador que es su papá y Dany y Pepo en la casa de El Rey que también es hijo de otro embajador en Recoleta. Y ahí se acordaron que Javier Calamaro le dijo que su hermano Andrés estaba parando en el Hotel Plaza Francia a la vuelta del Palais de Glace también en Recoleta. Y se fueron a verlo. Y el tipo estaba comiendo medialunas a las 6 de la mañana en el bar del hotel que está afuera. Y cuando lo saludaron les dijo que no tenía tiempo. Que estaba terminando las letras de unos temas para sacar un disco doble que se llamará “Honestidad brutal” y que se fueran.
“Mejor vamos a ver a Memphis hoy a la noche que toca en el sótano de la facultad de Medicina”, le dijo Dany a Pepo. Porque estas bandas no empiezan en River o en Obras. Y cuando bajaron al sótano volaban botellazos de un lado a otro y el recital se suspendió y tardaron media hora en entrar y dos para salir y más de uno con la cabeza rota. Por suerte ellos no.
“No tengo ningún músico para el viernes que viene”, dijo Pepo: “Alejandro me va a matar”. Y estando solo y aburrido en el bar de El Living cuando cierra, se puso a pasar los canales de televisión y vio que en el programa de Mauro Viale estaba un músico que hablaba de los beneficios medicinales del cannabis que se llamaba Andy Chango. Y su parecido con Andrés Calamaro era tal que se fue corriendo al estudio de televisión.
Y Pepo es un paria que le gusta el rock, pero su papá no. Y un productor lo reconoció de la época cuando era chiquito e iba con su padre a los canales a hablar de medicina y lo dejó pasar. Pepo pensó que ya era panelista de rock por eso y desde una tribuna donde lo pusieron le preguntó: “Andy en vez de hablar de las drogas porque no tocás rock & roll el viernes que viene en El Living”. Y casi que lo echan por pasar el chivo. Pero como nadie conocía el lugar y tampoco ningún productor se había percatado que Andy Chango era músico y no un mediático al estilo Guido Süller. Andy se sintió honrado y le dijo que sí. Que podía ir a ese bar El Living a presentar su disco “Las fantásticas aventuras del Capitán Angustia”. Y que muchos le decían que se parecía a Andrés Calamaro y que sus canciones se parecen a las del ex Abuelo de la Nada. Porque el también sigue la tradición de la canción Dylan, como lo hacen Andrés, Coti, Leiva o Sabina. Pero sin tanto éxito porque le gustan más las drogas que el rock. Y al igual que Dany y Pepo se la pasa planeando estrategias para encarar una chica. Pero que su flacura y su altura no ayudan. Tampoco los rulos y ese pañuelito que usa en la garganta para ocultar la merca o parecerse a Boris Vian.
En eso Pepo después de escucharlo, le dijo: “Vos sos genial”. Un día la marihuana va a ser legal para uso medicinal. Yo se lo digo siempre a mi papá, pero él cree que las cosas no se deciden en los medios sino en la academia.
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]]>Se acercó al primer seguridad que pudo y le preguntó por Aron. “Vos sos Pepo”, le dijo. Sí, contesto. Entrá y ponete a cuidar la puerta del baño. ¿Pero cómo? Yo venía a ver el recital y a hablar con los músicos. “Eso no sé”, le dijo. Entrá rápido que hay mucha gente y después lo ves con tu primo. Pepo entró. Pasó cerca de media hora. Ya había empezado a tocar Attaque 77 y el seguía ahí. Al rato aparece Aron y le dice: “Pepo viniste”. Sí, Aron. Quiero hablar con los músicos. “Eso ahora no va a poder ser”, le dijo. Vas a tener que esperar a que termine el show. Pero yo le prometí a Alejandro que iba a convencer a alguno para que vaya a tocar a El Living. “Ya sé, Pepo. Pero este es un recital muy importante. No podés hacer lo que querés. Vas a tener que esperar. Yo te aviso. Y si no, esperá. Yo te mando un reemplazo y te venís conmigo al costado del escenario y los ves cuando suben y bajan. ¿Qué te parece?”. Dale, okey.
Pepo se paró como estatua al lado de Aron para saludar cuando subieron Los Guarros, después Los Auténticos Decadentes, más tarde Divididos, Los Ratones Paranoicos y el plato fuerte al final: Rata Blanca. Ahí se acordó la vez que con Dany y Ringo querían entrar a un boliche de Cabildo y como no los dejaban pasar le preguntaron al de la puerta si ahí tocaba Rata Blanca. Y el pibe le contestó que ahí a las ratas las mataban a todas. Y se río. También se río de lo bajito que era el cantante de Rata Blanca, Adrián Barilari, y cuando Juanse Paranoico empuja a la novia antes de subir al escenario diciéndole que ella lo mirara de abajo que él era el show.
Los temas de Attaque, Pepo casi que se los perdió. Pero igual sonaba en su cabeza “Hacelo por mí” de la cortina del programa de Mario Pergolini y de tantas veces que lo escuchaba en la radio. A Los Guarros mucho no los conocía, pero “Rosas en tu pecho” fue el tema que más le gustó. Los Auténticos Decadentes le encantaban, y cuando Cucho cantaba “Vení Raquel. Vení con los muchachos” deliraba de emoción y le gritaba a Cucho para que lo saludara. Divididos todavía no eran la aplanadora del rock, pero ya insinuaban algunas cosas y ese “Ala delta” parecido a los temas de Sumo era un temón. Después tocaron Los Ratones y esta vez Juanse no se pudo tirar al público como hacía en Cemento, pero “Sucia estrella”, “Sucio gas”, “Enlace” e “Isabel” fueron los temas que más le gustaron.
Lo de Rata fue lo mejor. Cuesta entender como un cantante tan bajito puede copar de la manera que lo hace el escenario. Y eso que tiene a Walter Giardino pasándole con la guitarra blanca por delante todo el tiempo para que todos sepamos que el líder de la banda es él. Pero a Pepo igual le gustó. Y eso que el heavy tanto no le copa. Cuando terminó el show se metió en camarines. Le pidió autógrafos a todos, pero nadie le dio. Solo pudo hablar con el baterista de Attaque que es macanudo. Con el guitarrista de Los Decadentes que era conocido de su primo Aron y un poco con el Gitano, que es el guitarrista de Los Guarros. A ese le entró diciendo que lo veía en la televisión y que quería que le enseñe unos acordes de “Humo sobre el agua” de Deep Purple que había mostrado en el programa de Divina Gloria en Canal 9, y se los mostró.
En una de esas se acerca Javier Calamaro, que no era Andrés, pero el único músico importante con ganas de hablarle. ¿Cómo te llamás?, le dijo. Pepo, contestó. Soy el primo de Aron y ahora trabajo para Alejandro que tiene un bar rockero que se llama El Living y busco músicos para que vengan a tocar. Ya vino Willy Crook y María Gabriela Epumer y lo frecuentan Charly Alberti, Charly García, Miguel Zavaleta, Oscar Moro, Jorgito Porcel, el bajista de Sobrecarga trabaja ahí, viene El Rey, etc. “No conozco a ninguno de ese que vos decís”, le dijo. “Mentira” a algunos sí. Anotame yo voy.
Pepo lo abrazo a Aron. Se fue de Obras habiendo logrado su cometido. Pensó en lo contento que iba a ponerse Alejandro cuando le cuente que no solo podía levantar vasos sucios y lavarlos y cuidar durante el día el bar. Que su papá iba a estar orgullo si se lo contara, pero que no se lo iba a contar. Que Daniel no le iba a creer. Que ahora tenía que ponerse a escuchar a Los Guarros que mucho no los conocía.
Todo eso pensó hasta que salió del estadio. Miró para un lado y para el otro por si estaba los canas. Tenía miedo que le preguntaran algo. Como si había fumado marihuana en el camarín de los músicos. Y el sólo paso el porro de un lado a otro, pero no.
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]]>Un día entró al baño cuando estaba Willy Crook orinando, y como estaba puesto y no se podía subir el cierre de la bragueta, se ofreció a ayudarlo. Willy se río y siguió. Total, los Funky Torinos tocaban por él. Él solo tocaba la guitarra o hacía, y ponía la voz. Incluso en algunos pubs le ofrecían poner pistas, pero él no aceptaba. Al salir del baño Pepo le dijo a todos lo mal que lo veía a Willy. Cuando debía callar para cuidarlo.
Lo mismo pasó con María Gabriela Epumer. La esperó en el pasillo y se le acercó y al oído le dijo: “Ahora entiendo por qué Charly García te quiere tanto”. Pepo estaba enamorado y si bien el concierto de María no había sido el mejor, se sentó en primera fila y no juntó un solo vaso. Hasta que lo llamaron sus amigos: el Rey y Jorgito Porcel.
El Rey era vecino de Recoleta e iba siempre al bar. Le decían el Rey porque era el hijo de un embajador y se la pasaba en el sillón del comedor de su casa leyendo textos en francés rodeado de gatos. Jorgito era el hijo varón del capo cómico Jorge Porcel, pero no había corrido la misma suerte y se la pasaba los viernes en el living del bar diciéndole a cuanta persona que lo miraba: “Me extraña araña que siendo mosca no me reconozcas”. Les invitaba un trago y arrancaba a contar una batería de chistes que muchos funcionaban. Hasta que el encargado de la barra le gritaba fuerte que les pidiera que compraran algo. Y él un poco hacía de relacionista público del bar o celebrity.
Además el encargado era el ex bajista de Sobrecarga, una banda un poco new romantic que supo ser soporte de The Cure en Ferro y aprovechaba esa fama para contar alguna anécdota que tuvo con Robert Smith en aquel mítico show, la noche en la que el sonido falló. Una lástima.
En el bar todos contaban historias y si veían alguna minita linda la encaraban, pero siempre perdían. Una vez Pepo se animó y se le acercó a Úrsula Vargues cuando tenía tan solo dieciséis años. Él por supuesto era mayor, pero no tanto. Él que se la ganó en cambio fue Charly Alberti, baterista de Soda Stereo, que era más grande y conocido que él, y esa noche la siguió por todos lados.
Pero Pepo en cambio no tenía suerte. Ni con las chicas ni con su padre que lo desterró por no ser tan inteligente como él. El padre era un neurocirujano famoso de familia judía y una vez que se murió la mamá de Pepo no se lo aguantó más. Le dijo que estudiara una carrera universitaria, pero a Pepo el estudio le costaba y como castigo lo echó de la casa y lo dejó vivir en el consultorio a la noche cuando él no atendía. Así que Pepo se la pasaba durante el día pululando en lo del Rey y en lo de otro amigo, Daniel. Hasta que los padres de Dany murieron y le dejaron a él y a su hermano Alejandro una casa vieja en Recoleta.
Y Alejandro que era vivo para los negocios se puso este bar rockero. Y a su hermano Daniel que no era tan inteligente pero simpático lo puso en la puerta a recibir a la gente. Y al amigo de su hermano Pepo le dio el trabajo de juntar vasos y después lavarlos. Pero le pagaba y lo dejaba vivir en el bar, que abría solo de noche así que podía estar ahí durante el día y a Pepo le cerraba la idea. Además, era una forma de no deberle nada ni cruzarse tanto a su padre.
El que nunca cerró fue el cierre de la bragueta de Willy Crook y salió en todas las fotos para los suplementos de rock, como el Sí de Clarín, con ese problema. Pero bueno. Después tocó María Epumer y todo brilló. Y lo vio a Charly Alberti. Y al final del show aparecieron a buscarla Charly García, Oscar Moro y Miguel Zavaleta. Y Pepo se puso nervioso cuando los vio y a Miguel le dijo: “Hola, Pullover”, en lugar de “Sueter”. Y a Charly lo besó. Y Charly se dejó. Y como pensó que eran amigos, le pidió entradas para su próximo show en el Gran Rex y Charly le dijo que hablara con su secretaria que venía atrás. Pero atrás no venía ninguna secretaria. Pero entraba Migue. El hijo de Charly y Ana María Yorio. Y se le puso a hablar de unos juegos de Nintendo o de Sega nuevos. Y Pepo ni jota. Así que se aburrió y se fue a pensar que bandas podrían venir el viernes que viene o en lo sucesivo al Living.
Y pensó en Nito Mestre y en Alejandro Lerner. Así que fue hasta la oficina del bar donde estaba Alejandro y le dijo: “El viernes que viene quiero que vengan Nito Mestre y Alejandro Lerner”. “Te parece”, le contestó Alejandro. ¿Y vendrán? Nito vive por Armenia en Palermo viejo. Conozco la casa y me animo a ir a tocarle el timbre. Y mi papá conoce a la mamá de Alejandro, que es psicóloga. No sé si mi viejo me hará ese favor. Pero supongo que algo de amor por mí le queda. Si no está el “Gordo” Orge que es amigo mío. O los hermanos Satragno, que son hijos de Pinky. Charly Alberti es amigo de ellos y lo tenés parado junto a esa modelito al lado de la barra, que a mí tanto me gusta. Y si no mañana voy al recital de los 5 años de la Rock & Pop y los convenzo a todos que vengan a tocar.
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]]>Durante mayo, el escritor banfileño Juan Botana hará un par de presentaciones en sociedad de “Flores plebeyas”, su nuevo libro, junto a un Festival de Poesía y participará en la Feria del Libro.
La primera cita fue este sábado, de 17 a 19, en el Museo Americanista, Manuel Castro 254, Lomas. La segunda, el sábado 24, de 17 a 20, en el Espacio Alquimia de Córdoba 951, Ing. Maschwitz.
Mientras que la tercera tendrá lugar el sábado 31, de 15 a 17 en el Jardín Botánico, ubicado en Av. Santa Fe 3951, CABA, junto a la casona principal. También se sumará a la Noche de Cuentos el domingo 25 a partir de las 20 en Cave Canem, CABA, y otras presentaciones de amigos escritores.
Las citas del Museo Americanista y Jardín Botánico continuarán con el ya conocido Festival de Poesía. Siempre a micrófono abierto, para que autores, autoras, narradoras, amantes de la poesía, performers y músicos puedan participar hasta el final del evento.
Además, participó de un conservatorio organizado por Editorial Dunken, el lunes 5 de 20.30 a 21.30, en la Feria del Libro de Buenos Aires, Av. Santa Fe 4201, CABA.
“Este año vamos a estar presentando el libro Flores plebeyas junto al Festival de Poesía por aquí por allá. El 10 de mayo estaremos en el Museo Americanista de Lomas de Zamora. Es el lugar donde vivo y el Americanista es el sitio donde presenté mi primer libro “Recovecos” y siempre es lindo volver”, anuncia Juan Botana.
SOBRE EL LIBRO FLORES PLEBEYAS
Se trata de un nuevo poemario escrito con la sensibilidad de Juan Botana. El libro recorre momentos personales del autor que hablan sobre el amor, el desamor, la familia, los afectos y el deseo ya se amoroso o político. Cuenta con un prólogo maravilloso de Emilia Zavaleta y un comentario exquisito de María Calle Bajo.
El diseño de tapa pertenece al artista visual Javier Pollasqui. “El título del libro se refiere a esos poemas que nacen donde quieren, que irrumpen, a los que el autor llama flores. La idea de plebeyas nació de los festivales, donde tantos y tantas esperan un reconocimiento que se les hace difícil o que aún no se les dio”, cierra.
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]]>Durante mayo, el escritor banfileño Juan Botana hará un par de presentaciones en sociedad de “Flores plebeyas”, su nuevo libro, junto a un Festival de Poesía y participará en la Feria del Libro.
La primera cita será este sábado, de 17 a 19, en el Museo Americanista, Manuel Castro 254, Lomas. La segunda, el sábado 24, de 17 a 20, en el Espacio Alquimia de Córdoba 951, Ing. Maschwitz.
Mientras que la tercera tendrá lugar el sábado 31, de 15 a 17 en el Jardín Botánico, ubicado en Av. Santa Fe 3951, CABA, junto a la casona principal. También se sumará a la Noche de Cuentos el domingo 25 a partir de las 20 en Cave Canem, CABA, y otras presentaciones de amigos escritores.
Las citas del Museo Americanista y Jardín Botánico continuarán con el ya conocido Festival de Poesía. Siempre a micrófono abierto, para que autores, autoras, narradoras, amantes de la poesía, performers y músicos puedan participar hasta el final del evento.
Además, participará de un conservatorio organizado por Editorial Dunken, el lunes 5 de 20.30 a 21.30, en la Feria del Libro de Buenos Aires, Av. Santa Fe 4201, CABA.
“Este año vamos a estar presentando el libro Flores plebeyas junto al Festival de Poesía por aquí por allá. El 10 de mayo estaremos en el Museo Americanista de Lomas de Zamora. Es el lugar donde vivo y el Americanista es el sitio donde presenté mi primer libro “Recovecos” y siempre es lindo volver”, anuncia Juan Botana.
SOBRE EL LIBRO FLORES PLEBEYAS
Se trata de un nuevo poemario escrito con la sensibilidad de Juan Botana. El libro recorre momentos personales del autor que hablan sobre el amor, el desamor, la familia, los afectos y el deseo ya se amoroso o político. Cuenta con un prólogo maravilloso de Emilia Zavaleta y un comentario exquisito de María Calle Bajo.
El diseño de tapa pertenece al artista visual Javier Pollasqui. “El título del libro se refiere a esos poemas que nacen donde quieren, que irrumpen, a los que el autor llama flores. La idea de plebeyas nació de los festivales, donde tantos y tantas esperan un reconocimiento que se les hace difícil o que aún no se les dio”, cierra.
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]]>Durante mayo, el escritor banfileño Juan Botana hará un par de presentaciones en sociedad de “Flores plebeyas”, su nuevo libro, junto a un Festival de Poesía y participará en la Feria del Libro.
La primera cita será este sábado, de 17 a 19, en el Museo Americanista, Manuel Castro 254, Lomas. La segunda, el sábado 24, de 17 a 20, en el Espacio Alquimia de Córdoba 951, Ing. Maschwitz.
Mientras que la tercera tendrá lugar el sábado 31, de 15 a 17 en el Jardín Botánico, ubicado en Av. Santa Fe 3951, CABA, junto a la casona principal. También se sumará a la Noche de Cuentos el domingo 25 a partir de las 20 en Cave Canem, CABA, y otras presentaciones de amigos escritores.
Las citas del Museo Americanista y Jardín Botánico continuarán con el ya conocido Festival de Poesía. Siempre a micrófono abierto, para que autores, autoras, narradoras, amantes de la poesía, performers y músicos puedan participar hasta el final del evento.
Además, participará de un conservatorio organizado por Editorial Dunken, el lunes 5 de 20.30 a 21.30, en la Feria del Libro de Buenos Aires, Av. Santa Fe 4201, CABA.
“Este año vamos a estar presentando el libro Flores plebeyas junto al Festival de Poesía por aquí por allá. El 10 de mayo estaremos en el Museo Americanista de Lomas de Zamora. Es el lugar donde vivo y el Americanista es el sitio donde presenté mi primer libro “Recovecos” y siempre es lindo volver”, anuncia Juan Botana.
La cita ya tuvo lugar el 22 de febrero en el Jardín Botánico, el 7 de marzo en la Sade Nacional, el 22 de marzo en el Espacio Alquimia de Ing. Maschwitz, el 29 de marzo en el Jardín Botánico, el 11 de abril en el Palacio Lezama, el 25 de abril en el Centro Cívico Provincial de Concordia, el 26 de abril en el Jardín Botánico y en la Feria del Libro, el 29 de abril en la Casa de Ernesto Sábato,. Y continuará el 10 de mayo en el Museo Americanista de Lomas de Zamora, el 24 de mayo en el Espacio Alquimia, el 31 de mayo en el Jardín Botánico, el 8 de junio en el Centro Asturiano de Lanús, el 14 de junio en El Loro Cultural de Vicente López y el 28 de junio en el Jardín Botánico.
SOBRE EL LIBRO FLORES PLEBEYAS
Se trata de un nuevo poemario escrito con la sensibilidad de Juan Botana. El libro recorre momentos personales del autor que hablan sobre el amor, el desamor, la familia, los afectos y el deseo ya se amoroso o político. Cuenta con un prólogo maravilloso de Emilia Zavaleta y un comentario exquisito de María Calle Bajo.
El diseño de tapa pertenece al artista visual Javier Pollasqui. “El título del libro se refiere a esos poemas que nacen donde quieren, que irrumpen, a los que el autor llama flores. La idea de plebeyas nació de los festivales, donde tantos y tantas esperan un reconocimiento que se les hace difícil o que aún no se les dio”, cierra.
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]]>“Librito Picasesos” de Rita Frank es un libro de comienzos o de volver a empezar. Así lo recibí el día que me lo dio o mientras lo fui leyendo. Y fueron dos o tres veces. La primera en mi casa y la segunda en un viaje.
El libro se sostiene en muchas de las categorías que negaría de antemano “empatía”, “quererse”, “presente”, “aquí y ahora”, “amor propio” o “Maitri” en palabras de Rita. Por inconsistentes, pero que funcionaron en mí en el momento preciso que estoy viviendo.
Quizás si el libro me hubiera llegado en otro momento lo hubiera dejado guardado en mi biblioteca o lo que es peor en una caja de cartón donde dejo los libros que no voy a leer. Por catalogarlo de autoayuda.
Sin embargo, el libro no es eso. Ni siquiera tiene ánimo de verdad absoluta ni que la experiencia personal de Rita sirva para ser tenida en cuenta por otros. Tampoco es un desahogo ni una mera catarsis por que sí. El libro sirve -y lo digo a título personal- para repensar nuestras vidas de acá en adelante. Para mantener vivo ese espíritu emprendedor.
“Librito Picasesos” no se va en adjetivos ni en ejemplos precisos, tampoco en descripciones interminables. Va al hueso, como esos vendavales que levantan polvareda desde el suelo para que cierres los ojos y pienses. O lo que es mejor, para que sientas, huelas o llores lo que tengas que llorar.
Tal vez venga para que te pares derecho. No viene para negar el pasado ni lo hecho. Se queda. Como esas caricias que te abrazan el alma una noche o dos.
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]]>El escritor Juan Botana participará del 3er Congreso de Escritores Latinoamericanos “Las Dos Orillas” del 24 al 29 de abril en Concordia y Buenos Aires.
Presentará su nuevo libro “Flores plebeyas” y participará de lecturas y de un conservatorio sobre inteligencia artificial, gracias a la invitación de Sandra Galarza y Liliana Ferreira de Sade Concordia.
Dónde lo podés ver y escuchar
El jueves 24 a las 10 h participando de un conservatorio sobre cómo veo el futuro de la escritura ante el uso de la Inteligencia Artificial, en el Centro Cívico Provincial, Hipólito Yrigoyen 535, Concordia.
El viernes 25 a 10.30 presentando mi libro “Flores plebeyas” y leyendo poemas, en el Centro Cívico Provincial, Hipólito Yrigoyen 535, Concordia.
El sábado 26 a las 18 en la Feria del Libro, Av. Santa Fe 4201 y a las 19 compartiendo lecturas en La Biela, Av. Quintana 596. Ambos en CABA.
El lunes 27 a las compartiendo lecturas en la Feria del Libro, Av. Santa Fe, CABA.
El martes 29 a las 14.45 compartiendo lecturas en “La Casa de Ernesto Sábado”, Ernesto Sábato 3135, Santos Lugares.
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